La ciudad, como el cuerpo, es un territorio clave de lucha, de disputa.
Las marcas de la dominación patriarcal están a veces hechas de golpes, pero también de silencio, de invisibilización, de usurpación, de olvido…
En el corazón de nuestra ciudad (como en muchas otras) existe un rígido centro marcado por una columna. Símbolo alusivo al poder masculino que se propone desde hace milenios como referencia y orden, como eje impositivo y dominador. En su entorno, bajo él, continuas celebraciones legitiman un orden patriarcal que a tod+s daña, que a tod+s nos evita la vivencia plena de nuestra humanidad más allá de los roles asignados…
Buscamos con esta acción resignificar silenciosamente el espacio público, allá en el centro y emblema del poder patriarcal heredado, poniendo en valor realidades heroicas femeninas, cotidianas y consagradas, visibilizando víctimas inocentes, caídas en una lucha que desgraciadamente continúa.
Por ello hemos cambiado el nombre de nuestra plaza, por el día de hoy, a 25 de noviembre, y vamos apropiándonos de la base de la columna social para rendir homenaje a quienes lucharon y murieron por nuestros derechos.
Porque no estamos en un momento de cambios, sino en un cambio de momento… y es clave entender, sentir, cuestionar, exigir, lograr… ¡LOGRAR!
Esther
10:53 am en noviembre 26, 2014¡Me ha encantado, gracias por hacer cosas así en Cochabamba!